María
Betsabé Espinosa (Bello, 25 de
septiembre de 1896 - 16 de noviembre de 1932) Una de las líderes sindicales que
dirigieron la primera huelga de obreras de Colombia en la Fábrica de Tejidos de
Bello (Antioquia)
Esta
no fue la primera huelga colombiana, pero se considera que fue la primera vez
que las mujeres se organizaron para reclamar sus derechos laborales.
La
Fábrica de Tejidos de Bello, era una importante fábrica textil. El personal
fabril femenino, de entre 13 y 25 años, representaba el 80% de la plantilla,
con jornadas de más de diez horas, ganando un 250 % menos que sus compañeros
varones por el mismo trabajo
La
huelga estalló el 12 de febrero de 1920 por una serie de abusos cometidos por
la dirección de la empresa y los capataces.
No
era la primera vez que las trabajadoras textiles habían intentado paralizar la
fábrica, pero en esta ocasión se habían organizado mejor.
Se
exigía el despido de dos funcionarios administrativos, cuyo trato era despótico
y abusivo con las trabajadoras, y de los capataces, acusados de abuso sexual;
además las trabajadoras pidieron que se les permitiera trabajar con alpargatas
(lo hacían obligatoriamente descalzas), incrementos salariales y tiempo libre
dentro de la jornada laboral para la toma de alimentos.
A
la huelga se sumaron entre 400 y 500 obreras, no obteniendo el apoyo del
personal masculino de la fábrica, quienes fueron insultados por las mujeres e
increpados por esquiroles.
A la
cabeza del movimiento estuvieron las obreras textiles Teresa Tamayo, Adelina
González, Carmen Agudelo, Rosalina Araque, Teresa Piedrahíta y Matilde Montoya.
Betsabé
Espinal, con 24 años de edad, tuvo el rol más activo durante la huelga,
negociando con los patrones, interviniendo en las asambleas, atendiendo a la
prensa en Medellín e impulsando la creación de un Comité de Solidaridad o de
Socorro para financiar la huelga y obtener alimentos para las huelguistas.
La
dirección de la empresa y las autoridades civiles y religiosas intentaron
negociar el fin del paro, pero las mujeres se encontraban decididas a lograr
sus reivindicaciones.
Tras
24 días de huelga consiguieron sus peticiones: un aumento salarial del 40%,
reducción de la jornada laboral a nueve horas y cincuenta minutos, mejores
condiciones de higiene, el despido de los supervisores acusados de conductas
indebidas y de los administradores enemigos de las trabajadoras, así como la
regulación del sistema de multas.
Una
vez finalizada la huelga, se despidió a varios trabajadores de ambos sexos a
modo de represalia, incluida Betsabé.
La
huelga tuvo una importante repercusión en la lucha por los derechos laborales femeninos.
En
1929, siguiendo el ejemplo de Bello, las 186 obreras de la fábrica Rosellón de
Envigado realizaron un paro exigiendo un aumento salarial y la destitución de
algunos administradores abusivos.