viernes, 9 de octubre de 2015

“ Mi marido me pega lo normal”



El estudio de la publicidad nos permite conocer la manera de entender el mundo y las formas de vivir de las personas que habitan en un determinado espacio geográfico y temporal. Si estudiamos la publicidad de los años 50 y 60 y en menor medida la de los 70 podemos ver  claramente  la violencia simbólica que sufrían las mujeres.










Podemos ver   las pautas y valores que regían. También podemos ver los conocimientos, las creencias, los estilos de vida, los hábitos y las actitudes sociales. Y lo que vemos es que  están estrechamente asociadas a un “sexismo cotidiano”que denigra y menosprecia a la mujer. Y la publicidad es un fiel reflejo de ello.



En todos los anuncios publicitarios sean de radio, televisión, periódicos o revistas, la mujer es relegada a una posición sumisa y obediente. Es una criada. Un ser  deshumanizado. Un simple objeto. En todos ellos la supremacía masculina, queda patente. Al hombre se le debe devoción y respeto.




Personalmente, ya sabía que la violencia simbólica contra las mujeres existía y que desgraciadamente sigue existiendo. Pero lo que más me llama la atención, y lo que realmente me ha horrorizado al encontrarme algunos anuncios en la red, es la violencia explícita hacía las mujeres. Me ha horrorizado la situación de la mujer “como propiedad del varón “y que en dichos anuncios se refleje sin ningún pudor el maltrato físico. Lo que me asusta es la normalización de la violencia física. Que se convierta en algo natural cuando no debería serlo. Porque  si  hay violencia física  en la publicidad es porque no hay reproche social. 





Viendo los anuncios que he elegido para demostrar la existencia de la violencia física contra las mujeres en la publicidad, entiendo que las mujeres a la pregunta que le hacía  el  doctor:”¿Su marido le pega?” contestaran: “Si. Mi marido me pega lo normal”


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Desgraciadamente los anuncios que reflejan violencia física y simbólica contra las mujeres siguen existiendo. La diferencia es que en la actualidad existe un reproche social hacia ellos.



Texto: Ana&Heterónimas