Elena
Arizmendi Mejía (1884–1949) Feminista mexicana que fundó la Cruz Blanca Neutral
durante la Revolución Mexicana, institución que brindaba atención médica a los
soldados rebeldes.
Fue de las primeras activistas del feminismo en el país y también creó organizaciones como «Las Mujeres de la raza» y la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas en colaboración con Sofía Villa de Buentello.
En 1910 estudiaba en la escuela de enfermería del Hospital Santa Rosa cuando estalló la Revolución Mexicana. El 17 de abril de 1911, unas semanas antes de su graduación, Arizmendi volvió en tren a la Ciudad de México para ayudar a los combatientes heridos, ya que la Cruz Roja Mexicana se negó a prestar ayuda a los insurgentes.
Arizmendi
fundó una organización y con su hermano Carlos reunió estudiantes de medicina y
enfermería para organizar la Cruz Blanca Neutral.
Arizmendi era admirada por su filantropía, pero criticada por su liderazgo en una época en que las mujeres debían ser dóciles y sumisas.
Arizmendi huyó de México para los Estados Unidos en 1915, se refugió brevemente en un convento en Victoria, Texas, para ocultarse del escándalo público que causó su relación con Vasconcelos.
Más tarde se estableció en Nueva York,donde rodeada por feministas en Nueva York, reconoció la perspectiva anglosajona de las feministas europeas y estadounidenses.
Con la intención de dar voz a las mujeres latinas, fundó una revista feminista que fue nombrada Feminismo Internacional y comenzó a publicar artículos que reflejaban las versiones hispanas del feminismo.
También fue cofundadora, junto a Sofía Villa de Buentello, de una unión cooperativa en 1923, denominada «Mujeres de la raza», con el objetivo de unir a las mujeres de latinas en la lucha por sus derechos.
En ese tiempo, América Latina era vista como el siguiente «escenario», ya que el sufragio femenino se había conseguido en Europa y Estados Unidos.
Después de asistir a la Conferencia Panamericana de Mujeres de 1922, Arizmendi comprendió que las europeas y norteamericanas no entendían las realidades culturales de las mujeres hispanas. Villa y Arizmendi pensaban que el matrimonio y la maternidad, parte integral de la identidad latina, hacían que la experiencia de ser mujer fuera «total». Además, Arizmendi pensaba que el movimiento anticlerical de los gobiernos posrevolucionarios era un ataque a una parte central de la identidad mexicana.
Arizmendi y Villa planearon una conferencia para las «Mujeres de la raza» patrocinada por la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.
En 1927, Arizmendi publicó una autobiografía novelada con el fin de dar a conocer su punto de vista sobre la relación con Vasconcelos y acallar los rumores, ya que este había publicado dos obras, Ulises Criollo y La Tormenta, en las que vilipendiaba a Arizmendi a través del personaje ficticio de Adriana.
La autobiografía, Vida incompleta; ligeros apuntes sobre mujeres en la vida real, es una reflexión sobre la doble moral a la que se enfrentan las mujeres de su época. El libro, que en su edición original se distribuyó solamente en la ciudad de Nueva York, fue reeditado en 2012 con prólogo de Gabriela Cano, académica e investigadora de El Colegio de México y biógrafa de Arizmendi.
Volvió definitivamente en 1938 a la Ciudad de México, donde murió en 1949.