viernes, 6 de junio de 2014

La Violación como arma de guerra.En los Conflictos Bélicos Contemporáneos es más Peligroso ser una Mujer que un Soldado.



La violación es uno de los grandes crímenes en masa de nuestro tiempo.Una táctica de terror y sometimiento que traumatiza a las víctimas y garantiza una destrucción de larga duración de comunidades o grupos étnicos. La cultura de la impunidad que ampara esos crímenes es el enemigo a batir. Para poner fin a estos crímenes se necesita un verdadero compromiso internacional para que se investiguen y documenten estos crímenes; para que se persiga a los perpetradores y se garantice asistencia a largo plazo de los supervivientes; la mayoría –aunque no únicamente– mujeres y niñas. Se necesita la activación del primer protocolo internacional que recoja medidas concretas de prevención y acción. Se necesita cambiar actitudes hacia unos crímenes reconocidos como de lesa humanidad y que, sin embargo, en la inmensa mayoría de casos nunca son perseguidos.



Los ejemplos  van desde Bosnia o la República Democrática del Congo hasta Siria y Sudán.La violencia sexual ha sido y es utilizada de forma masiva como arma o táctica de guerra en los conflictos, sin olvidar el secuestro de dos centenares de estudiantes nigerianas por los islamistas radicales de Boko Haram, un suceso que, al igual que la reciente lapidación de una mujer embarazada en un "crimen de honor" en Pakistán o la violación y asesinato de dos adolescentes en el norte de India, ha arreciado la presión para que los Gobiernos reaccionen. Frente a su gran impacto mediático, subraya Amnistía Internacional, el recurso sistemático a la violencia sexual en los conflictos sigue siendo un crimen silenciado, a menudo por la falta de pruebas a causa del temor de las víctimas y de su estigmatización.





Una media de 36 mujeres y niñas son violadas a diario en la República Democrática del Congo, según las estimaciones de UNICEF, que cifra en hasta 200.000 el número de víctimas de la violencia sexual desde finales de los años noventa. En el conflicto civil sirio, la agresión sexual es un arma recurrente contra mujeres, hombres y menores durante los registros de viviendas e interrogatorios en centros de detención, confirmaba la ONU meses atrás. Eso ocurre dos décadas después del epílogo de la guerra de los Balcanes, en la que decenas de miles de mujeres fueron violadas y nunca obtuvieron justicia.



Aunque muchos países miembros de la ONU han accedido a suscribir la Declaración de Compromiso para poner Fin a la Violencia Sexual en los Conflictos, se intenta  convertir el mero papel en acción: documentar esos crímenes para sustentar acciones judiciales contra los instigadores, presionar a los países afectados para que refuercen sus leyes en ese ámbito, alentar la formación de los soldados y fuerzas de paz en la prevención de la violencia sexual e incrementar los recursos económicos en el apoyo a unas víctimas que, tras la agresión, deben afrontar el rechazo social y enfermedades como el sida.




El hecho de que la violencia sexual contravenga la Convención de Ginebra y constituya un crimen de guerra debería impedir, asimismo, que se pueda amnistiar ese delito en los acuerdos de paz.






Animation launched for Summit to End Sexual Violence in Conflict: https://www.youtube.com/watch?v=1QFUD2Q6D8k



Imágenes de Nancy Spero
(*)En respuesta a la escalada de violencia tras la intervención de Estados Unidos en Vietnam y en repulsa a esta guerra, Nancy Spero inicia en 1966 la serie “War”. En este conflicto armado fueron constantes las violaciones de mujeres vietnamitas por parte del ejército norteamericano, atrocidades como la masacre de My-Lai en 1968, en la que tropas estadounidenses bajo el mando del teniente W. L. Calley, violaron, degollaron y quemaron a todas las mujeres y niñas del pueblo.Su serie “War” está compuesta por máquinas de guerra que siembran la destrucción, y en medio del caos, la violencia sexual y sádica contra las mujeres parece formar parte indisoluble de la violencia bélica. Dibujos como Fuck (1966) reflejan ese universo de sexo y violencia plagado de aviones que metamorfoseados en voraces tiburones, devoran los cuerpos desnudos de las mujeres.



Fuente: El País