En
China, con la dinastía Sung, surgió la costumbre de vendar los pies de las
niñas, llamados "los pies de loto dorado", por la similitud con esta
flor. Los pies pequeños eran considerados como la máxima expresión de sensualidad en el cuerpo femenino. Esta
práctica ha estado vigente, al menos, durante 2.000 años. La práctica se
popularizo primero entre damas de la alta cortesía y luego, se extendió a todos
los estratos sociales. Al principio era un capricho, un canon de belleza a
seguir, pero después la tradición se convirtió en obligación y sufrimiento, y
todas las jóvenes, incluso en contra de su voluntad se veían obligadas a sufrir
esta cruel tortura.
El
vendaje de los pies, comenzaba a edades muy tempranas, entre los 4 y 8 años. Los
pies se ponían en remojo con una mezcla de hierbas y sangre animal para
eliminar las posibles infecciones de la piel, en ese momento su propia madre le
rompía los 4 dedos más pequeños y los aprisionaba contra el talón para luego vendarlos
con seda o algodón. Se esperaba hasta los 4 años de edad mínimos, para evitar
que, de hacerlo antes, la niña pudiera perder por completo la facultad de
andar.
Este
ritual se repetía cada dos días con vendas limpias y durante 10 años. Esto
provocaba, obviamente, una deformación en la estructura ósea del pie.
Como
el encanto de una mujer residía en sus
minúsculos pies, toda muchacha con los pies pequeños tenía las mejores
perspectivas de casamiento. Estar lista para
casarse, en aquella época, tenía mucho que ver con poseer pies perfectamente
vendados. Para que los pies se convirtiesen en loto dorado –obra de arte y
objeto de deseo– debían medir sólo siete centímetros y reunir las siguientes
características: ser delgados, pequeños, puntiagudos, arqueados, perfumados,
suaves y simétricos. El vendaje era una manera de rehacer el cuerpo para
esconder la naturaleza y despertar la imaginación erótica de lo oculto.
Para
los hombres el principal efecto erótico era el "andar de loto": los
pequeños pasos, el oscilante y frágil caminar de una mujer cuyos pies habían
sido vendados. Las Mujeres evitaban poner el peso del cuerpo en la punta del
pie y tendían a caminar predominantemente en sus talones. Como resultado, las
mujeres que habían pasado por el proceso del vendaje caminaban cuidadosamente y
con paso vacilante. El hecho de que el pie vendado estuviese oculto a los ojos
de los hombres era sexualmente estimulante.
Otro
atributo de las mujeres con los pies vendados era la limitación en su movilidad
y, por lo tanto, su impedimento para tomar parte en la vida política y social.
Los pies vendados volvían a las mujeres dependientes de sus familias,
particularmente de sus esposos. Se convertían en un apreciado símbolo de
castidad y propiedad del hombre ya que la mujer quedaba restringida a su hogar
y no podía aventurarse lejos sin escolta o la ayuda de sirvientes.
Muchas
de las mujeres que se sometieron a esta dolorosa práctica quedaron con
incapacidad permanente.
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Fotos de las últimas mujeres
con pies de loto: http://www.vanguardia.com.mx/lasultimasmujeresconpiesdeloto(fotos)-2070786.html
Video: Pies de Loto http://www.youtube.com/watch?v=GkCtuJs1rJM