Las
padaung ,”mujeres de cuello de jirafa”, forman parte del grupo étnico o tribu
Kayan, Karen o Karenni, una de las minorías étnicas tibeto-birmanas de Birmania
que se compone aproximadamente de 7.000 miembros y pertenecen al estado Shan. No se sabe muy bien de donde viene la
tradición de colocarles pesados anillos en el cuello a las niñas de la tribu
Karen o Padaung. Y tampoco su significado, aunque seguramente su único
propósito sea estético. Para algunos, la finalidad de estos anillos era la
protección contra los ataques de los carnívoros, que habitualmente mataban a
sus presas mordiendo su garganta. Esta teoría no es defendible porque si bien
son las mujeres las que se adentran en la espesura a buscar leña, también hay
hombres en el bosque, y los tigres no discriminan por género en sus ataques y
los varones de esa tribu no llevaron nunca ninguna protección. También se dice,
que los collares alrededor del
cuello afean a las mujeres y así se
evita que sean esclavizadas por otras tribus. Pero todas son teorías no
confirmadas. Aunque, una de las teorías que ellas mismas barajan es que la
tradición surgió para que las mujeres no
se pudieran casar con hombres de diferentes tribus.
Antiguamente
la sociedad padaung era matrilineal y monógama, pero se convirtió en polígama
dada la escasez de individuos, mermados por las guerras. Esto situó a los
hombres en una especial situación de poder, en la que la fidelidad de las mujeres
tenía un importante papel. Así pues, la infidelidad de la mujer, era castigada
con la retirada de la espiral de anillos de cobre u oro, con la consiguiente
incapacidad de sujetar con normalidad la cabeza, ya que los músculos del cuello
se habían atrofiado a lo largo de los años. Estas mujeres tendrían que
resignarse a vivir recostadas o sujetar la cabeza con sus propias manos. Lo que
si está claro es que es un símbolo de respeto y fidelidad de la mujer hacia el
hombre. Por eso a los hombres kayan no les molesta que sus mujeres lleven
tantos collares, porque sin duda les resta movilidad y las obliga a permanecer
más tiempo dentro de casa. En cualquier caso, los kayan castigan el adulterio
con la muerte
Los
anillos, además de ser un adorno, son muestras de la posición social de su
dueña y en el pasado todas las mujeres lucían oro en sus cuellos. El collar es
un símbolo de riqueza. Cuanto más largo sea, más rica es la familia de la que procede la
mujer. Además, se supone que la mujer que más aros lleve es la más bella. Hoy en día, este peculiar collar consiste en
una espiral de cobre, adornada con objetos brillantes, que es limpiada dos
veces al día para evitar que el metal produzca heridas en el cuello, además de
prevenir la formación de moho en el mismo
Aunque hoy en día aumenta el número de mujeres
que no se colocan estos anillos, perdura entre las que lo llevan desde la
infancia dada la imposibilidad de retirarlo. Entre las que todavía adoptan esta
costumbre, las niñas se preparan desde los cinco años estirándose el cuello
unas a otras. La colocación de la primera anilla conlleva una ceremonia de
iniciación. La niña en cuestión recibe un largo masaje, con un ungüento, cuya
fórmula es secreta aún en nuestros días. Tras relajar el cuello, se ejercita
éste durante una hora, haciendo girar la cabeza de la niña en todas la
direcciones, para finalmente proceder a la colocación de la pieza, cuya anchura
es de unos diez centímetros. Cada dos años se repite la ceremonia, añadiendo
una anilla más alta. Cuando una mujer llega a la extensión máxima de su cuello,
ya no podrá volver a mover el cuello.
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Videos sobre las Mujeres jirafas.
(*)Una 'mujer jirafa' no muere si
se le quitan los anillos, pero el cuello
de estas mujeres queda deformado por completo tras años de soportar el peso de
un número creciente de anillos, lo cual hace que ellas mismas prefieran no
quitárselos. Desgraciadamente, ante el gran número de turistas que las visitan,
ya les colocan los anillos a prácticamente todas las niñas kayan que nacen en
estas aldeas, independientemente de su día de nacimiento y del ciclo de la luna
en el que lo hagan. La tragedia de las 'mujeres jirafa' es que no son solamente
prisioneras de sus anillos, sino de su propia condición de refugiadas en el
norte de Tailandia por el régimen dictatorial birmano, que es el país de donde
provienen. No pueden volver a Birmania ni alejarse del entorno en el que
habitan. De hecho, ni siquiera les esta permitido abandonar Tailandia debido al
reclamo turístico que suponen. Su único medio de supervivencia es su cuello
anillado, objeto de codicia para los objetivos de las cámaras de los turistas
que las visitan.