Oriana
Fallaci (Florencia, 1929 –2006) Periodista y escritora italiana. Polemista y
valiente, obtuvo un gran prestigio internacional gracias a sus entrevistas a
personajes famosos. Desde los 10 años actuaba ya como correo de la Resistencia
antifascista: su padre, un carpintero de izquierdas, no le ahorró ningún
riesgo. Al final de la II Guerra Mundial gozaba de la aureola de
adolescente partisana, admirada por la nueva clase dirigente italiana. A los 20
años comenzó a dedicarse al periodismo y a los libros. Trabajó para el Corriere
della Sera y con la cobertura de la
Guerra de Vietnam alcanzó tal renombre internacional que le permitió conseguir
entrevistas con personajes de gran relieve, desde Henry Kissinger, a Golda Meir,
el Sha de Persia, el ayatolá Jomeini, Willy Brandt, Zulfikar Ali Bhutto, Walter
Cronkite, Muamar el Gadafi, Federico Fellini, Sean Connery, Sammy Davis Jr,
Nguyen Cao Ky, Yasir Arafat, Indira Gandhi, Alexandros Panagoulis, Golda Meir,
Haile Selassie, Mao Tse Tung, y John y Robert Kennedy.
Obras:
Los siete pecados capitales de Hollywood (1959), El sexo inútil (1961),
Penélope en la guerra (1962), Los antipáticos (recopilación de entrevistas de
1963) y Si el sol muere (1965), Nada y así sea (1969), sobre la guerra de
Vietnam. En 1975 publicó Carta a un niño que no llegó a nacer, un libro sobre
la experiencia personal de un embarazo y un aborto, su primer auténtico best
seller mundial. En 1979 concluyó Un hombre, dedicado a la historia de su
compañero sentimental Alekos Panagulis, héroe de la resistencia griega contra
la dictadura. Cubrió como enviada especial numerosos conflictos bélicos, pero
las entrevistas seguían siendo su especialidad, y la realizada en 1978 al
ayatolá Jomeini reavivó su leyenda: a diferencia de otros periodistas
occidentales, que veían en el clérigo chií una alternativa razonable a la
dictadura del sah, Fallaci se le enfrentó y criticó sus opiniones sobre las
mujeres. En 1990, escribió Inshallah una novela sobre la guerra de Líbano. En
2001, tras los atentados del 11 de septiembre escribió un vehemente artículo
para el Corriere en el que denunciaba el fanatismo islámico y lo comparaba con
el nazismo. De ese artículo nació La rabia y el orgullo (2001). Aparecieron
luego La fuerza de la razón y Oriana Fallaci se entrevista a sí misma, ambos en
2004. Tres libros feroces contra el Islam y contra la "cobardía y
mediocridad" de lo que ella llamaba "Eurabia".
Fallaci
creía que "la Muerte, la Libertad y el Poder" eran sus verdaderos
temas, sus obsesiones existenciales. Tenía una idea del periodismo "no
como oficio, sino como misión". También considera el rol del "escritor" a imagen y
semejanza de un sacerdote guerrero, condenado a "no desconectarse
nunca" y a decir siempre, y como sea, la verdad. Según ella, el político puede desentenderse de la libertad y
de la duda, pero al escritor no le está permitido."La escuela del escritor
es la vida misma"."Odio el espectáculo del sufrimiento"."Cuando
voy a ver sus sucias guerras, también hago política, también soy política. Y
ésa es la parte de mi trabajo, de mi deber, que menos me atrae. Como
corresponsal de guerra he seguido de cerca la mayor parte de las guerras de los
últimos quince años. Estuve en la Guerra de Vietnam; fui varias veces, durante
ocho años. Estuve en la Guerra Indo-Paquistaní, en la de Bangladesh, en el
conflicto de Medio Oriente, en las bases secretas de los fedayines en Jordania
antes de que los barrieran, y todo eso sin contar las varias insurrecciones en
Latinoamérica y otras partes (que también eran guerras. Sí, ya sé: todos odian
o dicen odiar la guerra. Pero todos la aceptan como parte de la vida, o al
menos como una maldición que forma parte de la existencia. "Siempre hubo
guerras y siempre las habrá." Dejando a un lado a los malnacidos que no
sólo no la odian sino que hasta creen en ella, con bombos y platillos. Algunos
hasta dicen con toda arrogancia: "La guerra es bella". Y hubo otro
que le respondió: "No es bella, sino necesaria". La guerra no es
necesaria, ¡desgraciado! Ni tampoco es una maldición inevitable. Yo les digo lo
que es la guerra: la cosa más idiota, más ilógica, más grotesca del género
humano. Es el crimen legitimado más abyecto, más inaceptable, que puedan
cometer los bastardos que nos gobiernan. Es el último recurso de los imbéciles
que no saben resolver los problemas con el cerebro, porque no tienen cerebro. Y
entonces hacen la guerra. No. No hacen la guerra. Mandan a otros. Como dijo el
general Galtieri durante la Guerra de las Malvinas, quienes deciden las guerras
no son nunca quienes van a la guerra. Ni siquiera la miran por catalejo. Mandan
a los demás".