miércoles, 11 de febrero de 2015

Poesía Erótica Andalusí: Wallada bint al-Mustakfi



Wallada bint al-Mustakfi, (Córdoba, 994 - 1091). Poeta andalusí. Fue hija de Muhammad al-Mustakfi, de sangre omeya y uno de los últimos califas cordobeses, que llegó al poder en 1024 asesinando al anterior califa Abderramán V; y de la esclava cristiana Amin'am.

Su adolescencia transcurre en las guerras civiles que marcan la agonía del Califato, en medio de todo tipo de intrigas palaciegas desencadenadas tras la muerte del hijo de Almanzor, al-Muzzaar.

Como el califa no tuvo descendencia masculina, heredó los bienes de su padre y abrió un palacio donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo. Era una mujer de singular belleza .Heredó de su madre  el pelo rubio, la piel clara y los ojos azules. Pero sobre todo  era una mujer inteligente, culta y orgullosa. Bordaba sus versos en sus vestidos y tuvo el atrevimiento de participar en las competiciones masculinas y de completar poemas inacabados mostrando libremente su rostro, conducta que la hizo ser llamada "perversa" y ser criticada muy duramente por los integristas, aunque también tuvo numerosos defensores de su honestidad, como el escritor Ibn Hazm, autor de El collar de la paloma, y el visir Ibn Abdus, su eterno enamorado que, al parecer, permaneció a su lado y la protegió hasta su muerte, cuando ya era octogenaria.

La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época.





Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia.

Poema que Wallada hizo bordar en oro sobre su vestido
 Yo ¡por Dios! merezco la grandeza
 y sigo orgullosa mi camino.
 Doy gustosa la mejilla a mi enamorado
 y doy mis besos a quien yo elija.



Poema que escribió en un billete para citar a Ibn Zaydun
 Cuando las tinieblas se espesen, espera mi visita,
 pues creo que la noche
 es la mejor guardadora de secretos;
 lo que siento por ti, al sol impedirá brillar,
 a la luna salir y a las estrellas correr.





 A Ibn Zaydun , reprochándole su desvío y su inclinación por una esclava negra

 Si hubieses sido justo en el amor que hay entre nosotros,
 no amarías, ni hubieses preferido, a una esclava mía.
 Has dejado la rama que fructifica en belleza
 y has cogido rama que no da frutos.
 Sabes que soy la luna de los cielos,
 pero has elegido, para mi desgracia, sombrío planeta.


 Sátira del Seís  contra Ibn Zaydun
Te apodas El seis
 y este mote no te dejará mientras vivas:
 pues eres marica, puto y fornicador,
 cornudo, cabrón y ladrón.


Otra sátira  contra Ibn Zaydun

 A pesar de sus méritos,
 Ibn Zaydun ama las vergas de los zaragüelles;
 si hubiese visto falo en las palmeras,
 se habría convertido en pájaro carpintero.