viernes, 1 de mayo de 2020

Mujeres fantásticas. Mundos surrealistas desde Meret Oppenheim hasta Frida Kahlo



Ningún otro movimiento vanguardista atrajo a tantas creadoras y pocos fueron más machistas y misóginos como el surrealismo. Las mujeres surrealistas sobrevivieron a los estereotipos masculinos que las habían convertido en diosas, demonios, muñecas, fetiches, ninfas criaturas oníricas. Las mujeres eran el tema central de las fantasías surrealistas masculinas. A menudo, solo en el papel de compañera o modelo, las artistas femeninas podían penetrar en el círculo que rodeaba a André Breton, el fundador del grupo de surrealistas. Sin embargo, en un examen más detallado se hace evidente que la participación de mujeres artistas en el movimiento fue considerablemente mayor de lo que generalmente se conoce o se informa. Ellas construyeron su propia expresión y visión, crearon una iconografía en la que se reflejaban y que retrataba a la mujer moderna y soberana, sexualmente liberada de los convencionalismos e imposiciones patriarcales

 La muestra compuesta por 260 obras de 34 mujeres artistas de 11 países que pertenecían al círculo del grupo en torno a André Breton a partir de la década de 1930, presenta, por primera vez, como artistas independientes y no como se las conocía hasta ahora, en el rol de amantes y musas, a las artistas surrealistas.

 Las artistas femeninas diferían de sus colegas masculinos sobre todo en su inversión de perspectiva: a menudo se embarcaban en la búsqueda de un (nuevo) modelo de identidad femenina explorando su propia reflexión o adoptando diferentes roles. Los acontecimientos políticos contemporáneos, la literatura y los mitos y religiones no europeas son otros temas que las mujeres surrealistas examinan en sus obras. La exposición refleja un espectro diverso en términos de estilo y contenido. Además de artistas femeninas famosas como Louise Bourgeois, Frida Kahlo o Meret Oppenheim, los visitantes podrán descubrir innumerables posiciones artísticas desconocidas pero emocionantes de más de tres décadas de arte surrealista, como Alice Rahon o Kay Sage


Tanto la exposición, como el catálogo que la acompaña y la investigación en que se basa tienen por objeto contribuir a completar un capítulo esencial de la historia del arte del siglo XX.

 SCHIRN ahora presenta la contribución femenina al surrealismo por primera vez en una importante exposición temática. https://www.schirn.de/ausstellungen/2020/fantastische_frauen/





 Mujeres fantásticas: Los mundos surrealistas desde Meret Oppehheim a Frida Kahlo es una exposición que traza ese recorrido vital y creativo. No es la primera vez que este amplio grupo de mujeres artistas que se sumaron al surrealismo ha sido atendido en exposiciones temporales, pero el museo alemán ha reunido un número muy amplio de obras y creadoras: 260 piezas de 34 artistas internacionales, que asumieron diferentes roles en busca de un nuevo modelo de identidad femenina y creativa. Las Mujeres desempeñaron un papel central en el movimiento a partir de 1940 —después del primer manifiesto del grupo, firmado por André Breton, en 1924— y lo dotaron de una sobresaliente diversidad e independencia. Demostraron que el arte tiene, al menos, dos sexos, parafraseando a Nicoïdski, femenino y masculino. “Después de todo, el surrealismo fue un estado mental más que un estilo”.


A pesar de la pretensión de amplitud, entre las seleccionadas no están Maruja Mallo ni Ángeles Santos. La lista es larga e incluye a Remedios Varo, Eileen Agar, Lola Álvarez Bravo, Rachel Baes, Louise Bourgeois, Emmy Bridgwater, Claude Cahun, Leonora Carrington, Ithell Colquhoun, Maya Deren, Germaine Dulac, Nusch Éluard, Leonor Fini, Jane Graverol, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Greta Knutson, Jacqueline Lamba, Sheila Legge, Dora Maar, Emila Medková, Lee Miller, Suzanne Muzard, Meret Oppenheim, Valentine Penrose, Alice Rahon, Edith Rimmington, Kay Sage, Sophie Taeuber-Arp, Jeannette Tanguy, Dorothea Tanning, Bridget Tichenor, Toyen y Unica Zürn.

La exposición arranca con Meret Oppenheim, una de las primeras en ganar reconocimiento, sobre todo después de que el MoMA de Nueva York adquiriese Fur cup para su colección. Hoy esta taza de té, plato y cuchara cubiertos de pelo se ha convertido en uno de los objetos surrealistas más populares. La comisaria de la muestra señala que saltaron al otro lado del lienzo para ocupar un espacio reservado a la masculinidad. Los hombres surrealistas estaban convencidos de que la mujer había nacido para ser descubierta (por ellos), pero ellas les descubrieron lo confundidos que estaban. De ahí que todas las versiones locales del surrealismo disfruten de una cosa en común: imaginaron mundos alternativos y a menudo cuestionaron críticamente —como pretende revelar la exposición— las estructuras tradicionales, como el modelo patriarcal. El potencial imaginativo y político del surrealismo fue una vía de escape al mundo que las ignoraba




Fuentes: