Margaret
Burbidge, (Davenport, Inglaterra, 12 de agosto de 1919-San Francisco, 5 de
abril de 2020) Astrónoma británica, ganadora del Premio Mundial de Ciencias
Albert Einstein.
De
1950–1951 trabajó como directora interina del observatorio de la Universidad de
Londres.
En
1955 su marido, Geoffrey Burbidge, se convirtió en investigador del
Observatorio Monte Wilson y ella aceptó un puesto en Caltech.
De
1972–1973 fue directora del Real Observatorio de Greenwich. Allí fue Profesora
de Astronomía en el Departamento de Física. Fue la primera directora del Centro
de Astrofísica y Ciencias del Espacio (Center for Astrophysics and Space
Sciences at UCSD).
Fue
una de las principales desarrolladoras del Telescopio espacial Hubble.
Conjuntamente
con su esposo, hizo notables contribuciones a la teoría de los quásares y al
entendimiento de como los elementos son formados en el interior de las estrellas
mediante fusión nuclear. (La nucleosíntesis).
Margaret
Burbidge y sus colaboradores presentaron las bases de la teoría del origen de
los elementos y la historia de la materia que actualmente es la más aceptada.
La
publicación que lideró Margaret Burbidge, conocido como el artículo B2FH por
las iniciales de sus autores, presentó, ¡en 108 páginas!, una compilación de
avances en el estudio de los más de 1000 núcleos de los 102 elementos conocidos
hasta ese momento
No es menos impresionante saber, gracias a
Margaret Burbidge, dónde, a qué velocidad y cuándo se formaron los elementos e
isótopos que componen todo lo que vemos alrededor. El origen es la fusión en el
interior de estrellas y procesos mucho más energéticos y rápidos en las
explosiones de supernova o incluso en el espacio casi vacío entre estrellas y
galaxias.
Margaret
Burbidge ha sido una de las figuras más prominentes de la astrofísica, por el
artículo mencionado y también por medir cómo se mueven las estrellas dentro de
las galaxias o por el estudio de cuásares, además de construir un instrumento
para el telescopio espacial Hubble.
Para
todo ello tuvo que luchar contra normativas machistas como la que le impedía
obtener tiempo de observación en telescopios profesionales, a los que tenía que
acceder con solicitudes firmadas por su marido, también físico.
En
una ocasión, en los años 1970, devolvió un premio creado específicamente para
mujeres por considerarlo discriminatorio, y preguntó “cuántas veces las mujeres
habían sido descartadas para plazas de profesora”.
Su
vocación y su legado para todos se resume en lo que dijo cuando recibió la
Medalla Nacional de la Ciencia de Estados Unidos: “el universo siempre nos deparará
sorpresas”, “soy consciente de que hay que esperar lo inesperado”.
Premios:
En
1988 ganó el Premio Mundial de Ciencias Albert Einstein del Consejo Cultural
Mundial.
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