Alexandra
David-Néel (Saint-Mandé 24 de octubre de 1868 - Digne-les-Bains 8 de septiembre
de 1969).Exploradora, orientalista, cantante de ópera, periodista, anarquista,
espiritualista, budista y escritora franco-belga.
Será la primera
mujer occidental en lograr acceder a Lasha, (1924), capital del Tíbet, ciudad
prohibida a los extranjeros.
Escribió más de 30
libros acerca de religiones orientales, filosofía y sus viajes. Uno de los más
importantes fue Magic and Mystery in Tibet
“La aventura será mi única razón de ser”- sentenció una vez, antes de
sumergirse en un nuevo reto. Alexandra era una mujer de retos, como cuando se
propuso pasar dos largos años en una cueva y dedicar todo el tiempo a la
meditación. Acompañada únicamente por su maestro, Alexandra aprendió tibetano y
el tantrismo budista en una cueva a 4.000 metros de altitud y a punto de morir
congelada al sólo llevar una fina túnica de algodón. Pero para ella, todo
aquello era excitante. “Será duro, pero increíblemente interesante”- comentó la
exploradora a sus amigos antes de meterse en la cueva
Su resistencia era
algo que Alexandra preparaba concienzudamente, no quería que ninguna práctica
no le fuese posible debido a alguna limitación física. Por ello, se preparaba a
fondo caminando a diario 40 kilómetros. La antropóloga fue capaz de superar
temperaturas extremas, animales salvajes, hambre y enfermedades. “Para aquél
que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es una
auténtica gloria” – confesaba emocionada a sus seguidores, disfrazada de
mendiga, con la cara ennegrecida por el hollín y el cabello oscurecido con
tinta china.
Sus enseñanzas
fueron trasmitidas por sus principales amigos y discípulos: Yondgen y el
francés Swami Asuri Kapila (Cesar Della Rosa).
Sus obras han sido
muy bien documentadas e influyeron en los escritores "beat" Jack
Kerouac y Allen Ginsberg, así como en el filósofo Alan Watts.
Premios:
Se
le galardonó con una medalla de oro por La Sociedad
Geográfica de París y fue nombrada Caballero de la Legión de Honor
Citas
de Alexandra David-Néel:
"La
autoridad. La obediencia es la muerte. Cada instante en que el hombre se somete
a una voluntad extraña es un instante arrancado a su propia vida".
"¡Qué
importa el color y el lenguaje del que es el Amo, qué importa el suelo que se
pisa si no se puede comer, ni pensar, ni actuar según la propia fuerza y el
propio deseo! El Amo es el enemigo, cualquiera que sea. El enemigo está en
todos los países y en cada una de las personas que pueden decir: yo quiero. Y
más ciertamente aún el enemigo está en cada hombre, en la ignorancia que no
necesita ayuda para crear Amos".
"La
única ley de los seres (naturales), demostrada y confirmada por el estudio y la
experiencia, es el deseo vital, la búsqueda de la satisfacción de todas sus
facultades, como medio para vivir plenamente, y la lucha contra cualquier forma
de sufrimiento. El hombre no tiene razón alguna para creerse excluido de esta
ley universal".
"Que
cada cual siga enteramente, siempre y en cualquier parte, el impulso de su
naturaleza, ya sea ésta limitada o genial. Sólo entonces el hombre sabrá lo que
es vivir, en lugar de despreciar la vida sin haberla vivido jamás".
"Tengo
por principio no aceptar nunca una derrota, de cualquier clase y sea quien sea
quien me la inflige".
"Para
aquél que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es
una auténtica gloria".
"La
aventura será mi única razón de ser".
"A
veces lloraba lágrimas amargas, con el profundo sentimiento de que la vida se
me escapaba de las manos, que los días de mi juventud se esfumaban, vacíos, sin
interés, sin alegría. Entendía que estaba desperdiciando un tiempo que nunca
recuperaría, que estaban pasando de largo horas y horas que podían haber sido
hermosas. Mis padres -como la mayoría de los padres que han criado, si no una
gran águila, al menos una diminuta águila obsesionada con volar a través del
espacio- no podían comprender esto y, aunque no eran peores que otros, lo
cierto es que llegaron a hacerme más daño que el más incansable de los
enemigos". Alexandra sobre su vida de niña privilegiada llena de ociosas
formas de "matar el tiempo" cuando ella deseaba tener aventuras.