Delia Akeley (Beaver
Dam, Wisconsin, 5 de diciembre de 1869 - 1970). Exploradora estadounidense,
comúnmente conocida por su apodo de Mickie.
Viajó
extensamente por África. Fue uno/a de lxs primeros/as occidentales en explorar
el desierto entre Kenia y Etiopía. Exploró el río Tana en una “canoa caseta” desde el Océano Índico . También vivió durante varios meses con los pigmeos de la selva de
Ituri ,en Zaire .
Fue una de lxs primerxs autorxs en escribir una biografía de un primate, JT
Jr., la biografía de un mono africano.
Con
la aventura en sus venas y movida por la necesidad de escapar de las
convenciones sociales Mickie huyó de casa a los 13 años. A los 14 conoció a
Arthur Reiss, barbero con aficiones de cazador, y decidió casarse con él.
En
1902, en una de las cacerías junto a su marido, conoce a Carl
Akeley , taxidermista, escultor,
biólogo y fotógrafo de naturaleza, con un gusto por la aventura y un gran prestigio
en los Museos de Ciencias Naturales. Delia decide irse con él. Pasó a
apellidarse Akeley. Aprendió a disparar. Aprendió a disecar con una rigurosa
delicadeza. Ayudó a Carl a montar algunos de los mejores ejemplares en las
vitrinas de los mejores centros y emprendieron juntos dos misiones de caza en
África (en 1905 y 1909), organizadas por el Museo de Arte Natural de Nueva York.
El
matrimonio duró 21 años.
En
1918, Delia marchó a Francia como voluntaria de las Fuerzas Expedicionarias
Americanas. Con el divorcio firmado en 1923 comenzó, ahora sí, la gran
aventura. Un año después Delia Akeley decidió que volvía a África y que aquel
viaje tendría un propósito: cruzar el continente desde la costa oriental
africana hasta la costa atlántica. En el sentido opuesto a como lo hizo David
Livingstone en 1854.
A
los 50 años, después de una vida más o menos formal, decidió que sería la
primera mujer en atravesar África a pie. Y lo consiguió.
En
1924 emprendió la ruta, financiada por
el Museo de Artes y Ciencias de Brooklyn, sin ayuda de guías, ni cazadores
blancos, ni profesionales de safari. "Desde mi primera experiencia con las
tribus primitivas del África central, hace ya 22 años, he tenido la firme
convicción de que si una mujer se aventura sola, sin escolta armada y vive en
los poblados, podría hacer amistad con las mujeres y conseguir información más
valiosa y auténtica sobre sus costumbres tribales", escribió.
Se
fue sola al Congo Belga. Se presentó a la tribu de los Mbuti, los más diminutos
de entre todos los pigmeos, que ocupaban media hectárea en la selva de Ituri.
Convivió con ellos varios meses mientras los jefes del clan se debatían entre
el ardor guerrero y la aceptación de esta insólita criatura que les sacaba
cientos de fotografías sin robarles el alma.
Delia
Akeley no renunció jamás a su extravagancia. Viajaba con una bañera plegable de
caucho que fascinaba a los pigmeos como si convocase el cielo en un recipiente
donde se echaba desnuda al atardecer a la sombra de una acacia.
El
viaje continuó durante 11 meses más. Y en medio del camino había que sortear
animales y hambre. Cruzar las orillas del río Zambeze, orladas de cocodrilos.
El acoso de algunos nativos. Enfermedades. Penurias. Viajaba siempre sola.
Convencida de que así era mejor.
En
aquel mundo extremo donde ni el paisaje ni las emociones se matizaban
demasiado, Delia Akeley se convirtió en una referencia que se anunciaban de
poblado en poblado. Fue la primera mujer que atravesó el continente africano
sin más equipo que una voluntad inquebrantable y un afán extraordinario por
intentar entender los miles de recodos que esconden decenas de tribus aún
inéditas entonces.
Regresó
a Nueva York y publicó sus trabajos sobre los pigmeos.
Al
final de la vida volvió a casarse con otro expedicionario, Warren Howe.
Escribió
sus memorias y a los 94 años murió