Susan
George (Estados Unidos -1934), ciudadana francesa desde 1994. Es presidenta del
comité de planificación del Transnational Institute de Ámsterdam, filósofa y
analista política. Entre sus títulos académicos se encuentran los de doctora en
Ciencias Políticas (École des Hautes Études en Sciences Sociales, Université de
Paris), licenciada en Francés (B.A.Smith College, EE.UU.) y Filosofía
(Sorbonne, París).
A
partir de 1990-95 desempeñó servicios en el comité de Greenpeace Internacional
así como la de Greenpeace Francia. Es un miembro del grupo de Lisboa, patrona
del jubileo 2000 y ha actuado como consultora de varias agencias especializadas
de Naciones Unidas (FAO, UNESCO, Unicef etc.).
Entre
1999 y fines de 2006 actuó como vicepresidenta de ATTAC Francia. Participa en el
movimiento antiglobalización que tomó
fuerza a partir de las manifestaciones en contra de la cumbre de la
Organización Mundial de Comercio en Seattle y que pone el foco en
la necesidad de regulación financiera y el impuesto a las grandes fortunas, el
problema de la deuda y la desigualdad, el poder de los lobistas y de los altos
ejecutivos de esas empresas que son más grandes que países enteros y que
interfieren en los cauces democráticos imponiendo su interés y voluntad
particulares. La clase política como títere de las élites financieras. En
definitiva, la lucha contra un sistema económico que considera injusto.
Obras:
Enferma anda la tierra .La trampa de la deuda: Tercer Mundo y dependencia. El
informe Lugano .Pongamos la OMC en su sitio .La Globalización Liberal .La
Globalización de Los Derechos Humanos .Otro mundo es posible si... El
pensamiento secuestrado: Cómo la derecha laica y la religiosa se han apoderado
de Estados Unidos .Sus crisis, nuestras soluciones. El Informe Lugano II. Esta
vez vamos a liquidar la democracia
Su
trabajo actual va encaminado hacia la lucha contra el modelo actual de la
globalización, organización del comercio mundial, las instituciones financieras
internacionales y las relaciones norte-sur.
George
desgrana en Plan B siete razones para "odiar" el TTIP. (Intercambio
de bienes, servicios e inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea)
1. "Vamos a perder a muchos de nuestros
agricultores, un tercio, sobre todo los pequeños que hacen alimentos orgánicos,
biológicos, ganaderos"... Los pequeños agricultores europeos "no van
a poder competir" con los estadounidenses si se eliminan los aranceles o
se reducen drásticamente, como pide EEUU.
2.
"La salud pública se va a deteriorar en gran medida". Según George,
el acceso "va a ser más difícil y más caro" porque las empresas
farmacéuticas "han sido muy activas en su labor de lobby y van a acabar
con los genéricos", copias de los originales mucho más baratas. Estas
empresas han presionado "para que pasen por los mismos exámenes que ya
superaron hace 15 años y será mucho más caro para los productores"
ponerlos en el mercado. Además, "se va a aumentar el consumo de alcohol y
tabaco" porque cualquier medida para reducirlo "va a ser eliminada"
por los tribunales de arbitraje que prevé el TTIP, conocidos como ISDS.
3.
"Los servicios públicos, incluyendo salud y educación, se van a
reducir". Según George, el TTIP favorecería el desarrollo de la escuela
pública privada en detrimento de la pública. "Uno de los objetivos del
capitalismo es invadir los espacios que dependían hasta ahora de los
gobiernos".
4.
"La ciencia va a retroceder porque los estadounidenses quieren un sistema
que demuestre 100% que un producto es peligroso" para que se pueda impedir
su comercialización.
5.
"La legislación progresista va a recibir duro golpe. Hemos visto cómo
Egipto quería subir salario mínimo y fue demandado por una compañía
francesa".
6. "Se va a acelerar el cambio climático
por impulso al petróleo" y los tribunales ISDS "van a ser el
instrumento en este ámbito. Ha habido casos de compañías petroleras que sabemos
que están esperado que se apruebe el tratado para invadir nuevos
espacios".
7.
"Más presión sobre la democracia en todos los ámbitos" porque
"la justicia se va a sustituir por tribunales privados", y los
denominados "mecanismos de cooperación" van a permitir que las
compañías creen las normativas y las reglas y no van a ser los legisladores
electos los que hagan las leyes, sino ellas".