Principales
reivindicaciones de las mujeres para el 8 de marzo de 2015 en España:
1.-
Lograr la conciliación
Las
mujeres trabajan, ya sea por cuenta ajena o como autónomas, una media de 7
horas y 36 minutos. Dedican 6 horas y 12 minutos al cuidado de hijos. Las
tareas domésticas que realizan les llevan otras 2 horas y 18 minutos. Por tanto
de tiempo libre les queda, descontado el tiempo de sueño, 54 minutos al día. Entre
los obstáculos que ellas encuentran destacan "la falta de flexibilidad
laboral, los despidos improcedentes, la discriminación femenina o la dificultad
de reinsertarse laboralmente tras la maternidad". Se entiende que solo
tienen obligación de conciliar las mujeres, por eso se debería hablar de
corresponsabilidad mejor que de conciliación. El 94% de las excedencias por
cuidados de hijos las siguen asumiendo las mujeres, según el Instituto de la
Mujer, mientras los permisos de paternidad no han dejado de bajar desde 2008,
de 279.756 a 237.988 (2013).
2.-
Cerrar la brecha salarial
Los
hombres cobran en promedio un 17% más que las mujeres. A este ritmo se tardará
71 años en eliminar la brecha salarial de hombres y mujeres La OIT ha medido la
brecha salarial con una nueva metodología que distingue entre factores
explicables y no explicables. Los explicables son los que determinan la
habilidad del hombre o la mujer en el mercado laboral (edad, experiencia,
educación) y los no explicables, es decir pura y llanamente la discriminación. De
existir alguna brecha ésta debería ser a favor de las mujeres pues cuentan con
algo más de capacitación que los hombres. Es decir, en ese caso las mujeres
tendrían que recibir un salario un 2% mayor que los hombres". La OIT
también ha querido medir la brecha salarial relacionada con la maternidad. Aquí
se contrasta una nueva discriminación. Las mujeres que son madres tienden a
cobrar un 5% menos que las que no lo son. La penalización por la maternidad
aumenta además con el número de hijos. La OIT recomienda "apoyar políticas
dirigidas a revertir esta situación que pasan por promover la asistencia de
guarderías, la baja por maternidad y paternidad, la flexibilidad horaria en el
trabajo, avanzar en el reparto de tareas domésticas y reducir la brecha
salarial".
3.-
El techo de cristal es el nombre que
se da a la limitación del ascenso laboral de las mujeres en las diferentes
organizaciones, que limita sus carreras profesionales. Las sucesivas normativas
que surgen para romper ese techo no parecen tener el efecto deseado. A finales
de 2014 una delegación de ONU Mujeres visitó España para analizar la situación
de los derechos de las mujeres. Precisamente sobre el techo de cristal, la
delegación constató que las cuotas de representación en la política pública,
fijadas en un 40%, no se alcanzaban ni en el Gobierno, cuya representación
femenina no sube del 30%. En el ámbito judicial, ONU Mujeres constató que ellas
son el 33% de los cargos medios y bajos, pero ostentan muy poquitos puestos de
responsabilidad. En el Supremo, por ejemplo, tan solo 12 de las 70 jueces son
mujeres, y en los tribunales superiores de justicia, solo 6 de 52. Naciones
Unidas dejó como recado a España la advertencia de que "más mujeres
deberían ser ascendidas en base a sus propios méritos si no existieran barreras
basadas en estereotipos". Cuando se piensa en un puesto de responsabilidad
se piensa inmediatamente en un varón. Por eso, son precisos estímulos para que
la sociedad acepte que hombres y mujeres tienen la misma inteligencia y
capacidades si las desarrollan, se forman y se entrenan para ocupar estos
puestos de poder.
4.-
Eliminar la precariedad de las
trabajadoras
Las
mujeres españolas tienen una posición de desventaja en el mercado laboral con
respecto a los hombres. La estadística dice que el desempleo femenino se ha
doblado desde 2008 y que ellas constituyen el 59,9% de las desempleadas de
larga duración. Sin embargo, "las medidas para favorecer el empleo se han
centrado en sectores principalmente masculinos" denuncia la ONU.
5.-Poner en valor la economía de los cuidados
La
profesora María Jesús Vara explica que en las sociedades más tradicionales se
responsabiliza a las familias del cuidado de los llamados dependientes, niños,
ancianos y enfermos. Por contra, en las sociedades con un estado de bienestar
más desarrollado está incorporado en el ideario colectivo que este cuidado
compete a la sociedad. España es en este sentido es una sociedad tradicional. La
estadística oficial del Instituto de la Mujer recoge el número de hombres y
mujeres que cada año piden una excedencia para el cuidado de familiares. Este
porcentaje ha crecido entre las mujeres entre 2005 y 2008 un punto porcentual.
Si antes eran el 84% hora son el 85%. En términos absolutos, en 2013 (último
año disponible), 5.703 mujeres solicitaron una licencia para cuidar de
dependientes (ancianos o enfermos), por 989 hombres. La diferencia es mayor
cuando la excedencia es para el cuidado de hijos.
7.-Denunciar el acoso callejero
La
página web de sinacoso.org, es una de las numerosas iniciativas que están
surgiendo en Internet para visibilizar y denunciar el acoso hacia las mujeres
en los espacios públicos. En Madrid, otro grupo de chicas hizo este verano
pasado una campaña para denunciar las miradas, los piropos y los tocamientos
que sufren las mujeres en el centro de la ciudad, bajo el nombre "No me
llamo nena". El fenómeno parece ser universal, pues en Reino Unido surgió
una iniciativa de denuncia llamada Everyday Sexism, que también abrió sucursal
en España y en EE UU fue viral el vídeo que una ONG grabó con el paseo de una
actriz por las calles de Nueva York. Las mujeres denunciarán el 8 de marzo que
ellas no salen a las calles vestidas para que los hombres desconocidos comenten
sus físicos, ni se sientan con derecho a frotarse. A finales de año, incluso la
presidenta del Observatorio contra la Violencia del CGPJ, Ángeles Carmona,
calificaba los piropos callejeros de "auténtica invasión a la
intimidad".
8.-Desmontar los estereotipos sexistas
Las
mujeres españolas siguen experimentando a día de hoy situaciones
"injustas" en cuanto a la equidad de género. Así lo explica el último
estudio monográfico presentado por el centro Reina Sofía sobre Adolescencia y
Juventud de la FAD, Jóvenes y Género. En él la FAD pone el foco en estadísticas
de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género que dicen, por
ejemplo, que el 33% de los chicos está algo (21,7%), bastante (6,3%) o muy (5%)
de acuerdo con que "está bien" que ellos salgan con muchas chicas,
pero no al revés. La suma de estos tres porcentajes en chicas es el 8,9%.
La
sociedad hace que muchas mujeres dediquen su capacidad, tiempo y dinero a
potenciar su imagen física. Esta sociedad de la imagen está reforzando
precisamente los estereotipos sexistas "que conducen a unas relaciones
humanas deterioradas". Ella pone el dardo en la moda y los contenidos
editoriales y audiovisuales presumiblemente femeninos "que hacen que
muchas mujeres dediquen su capacidad, buena parte de su tiempo y de su dinero a
potenciar su imagen física, que lo que está haciendo es quitando unas energías
y capacidades para desarrollar otras facetas".
La conclusión final del informe de Naciones Unidas sobre la
situación de las mujeres en España es contundente: "Los esfuerzos de
España para integrar a las mujeres en la vida pública, política y económica,
así como para erradicar la violencia machista son inquebrantables. Sin embargo,
el enraizamiento de una cultura machista y las actitudes patriarcales siguen
recluyendo a las mujeres en roles tradicionalmente domésticos que allanan el
camino a la violencia y no son apropiadamente diagnosticados y resueltos.
Además falta voluntad política para asegurar la equidad de género a nivel
educativo, informativo, de servicios sociales o la justicia, necesarios para
una sociedad más igualitaria".
A.
Larrañeta