Fredrika
Bremer (Turku, Finlandia, 17 de agosto de 1801 - Estocolmo, Suecia, 31 de
diciembre de 1865) Escritora, activista y feminista sueca. Fue muy influyente
en la sociedad de Suecia durante su tiempo, especialmente en las causas
feministas por eso se la considera la iniciadora del Feminismo y del sufragismo sueco.
Aunque
nació en Finlandia se mudó a Estocolmo con su familia cuando tenía tres años de
edad.
Su
padre fue descrito como un hombre autoritario y tirano en su hogar y su madre
como una mujer mundana. Fredrika y sus hermanas fueron presentadas en sociedad
para contraer matrimonio. Su madre se preocupaba solamente de preparar a sus
hijas para que cuando crecieran encontraran un buen partido y se convirtieran
en madres y esposas.
Fredrika
no estaba feliz ante esta situación, desde
bien pequeña tuvo otros planes para ella. Estudiando a escondidas y de manera
autodidacta, supo que nunca se casaría y
que lo que deseaba por encima de todo era vivir una vida independiente. Algo
que no agradaba en absoluto a sus padres de ideas tradicionales. Por eso cayó en un estado de crisis profunda, pero consiguió
evitar cualquier casamiento mientras se dedicaba a obras de caridad, estudiar y
escribir.
En
1828 se inició como escritora, en forma anónima, con una serie de novelas que
se publicaron hasta 1831.
Sus
novelas eran historias románticas de la época. Sus protagonistas eran mujeres
en edad de casarse; hermosas y superficiales o poco atractivas sin esperanzas
de casarse, y la narradora solía ser una mujer independiente.
Bremer
quería establecer un nuevo tipo de vida familiar, que no se centrara en los
hombres de la familia, sino que se le diese más espacio a la mujer para
desarrollar sus propios talentos y personalidades.
Hacia
la década de 1840, ya era muy reconocida en la vida cultural de Suecia y sus
libros se habían traducido a varios idiomas.
Políticamente,
era liberal pero también tenía simpatía por el socialismo de la clase
trabajadora de Inglaterra.
Su
novela Hertha (1856) fue su obra más influyente porque abordaba la injusta
situación de las mujeres.
Es
una novela oscura que trata sobre la falta de libertad que tenían las mujeres,
e inició un debate que fue una de las bases de la nueva ley de mayoría de edad
legal para las mujeres adultas solteras de Suecia en 185. Dicho debate fue una
especie de punto de partida para el verdadero movimiento feminista en el país.
Cuando
se debatió la reforma electoral en 1862, apoyó la idea de darles a las mujeres
el derecho a votar. Se dijo en los medios que sería una "vista
horrible" ver "miriñaques ante las urnas electorales": ese mismo
año, las mujeres mayores de edad pudieron votar en las elecciones municipales
en Suecia.
Opuesta
a las normas establecidas, la autora de Hertha se negó a adoptar el papel de
esposa y madre que su familia y la sociedad en general esperaban de ella. Con
esfuerzo y determinación, Fredrika consiguió ser una mujer independiente y
sentó las bases de la lucha por los derechos de las mujeres en Suecia.
Sus
novelas y su defensa de los derechos de las mujeres la convirtieron en una de
las principales defensoras del feminismo y sufragismo en su país y su fama se
extendió por muchos otros lugares de Europa y los Estados Unidos.
El
primer movimiento organizado sobre los derechos de las mujeres en el país,
Fredrika Bremer Förbundet, fundado por Sophie Adlersparre en 1884, fue nombrado
así por ella.
Le
gustaba mencionar y recomendar las obras de otras profesionales; mencionó tanto
a la doctora Lovisa Årberg como a la artista Sofia Ahlbom en sus libros, y
ayudó a Johanna Berglind a fundar una escuela para niños sordos y mudos en
Estocolmo.
Entre
1849 y 1851, Bremer viajó a los Estados Unidos y a la isla de Cuba. Se
desilusionó ante lo que creía que sería una "tierra prometida",
principalmente por la esclavitud. Se cree que fue la primera que escribió sobre
la música gospel, la canción de los esclavos, a los que había escuchado cantar.
También
visitó Suiza, Italia, Palestina y Grecia entre 1856 y 1861, y escribió
populares relatos de sus viajes.
Fredrika
Bremer jamás se casó. Llegó a conocer a Per Böklin, un director de una escuela
de Kristianstad en la década de 1830, quien le dio clases privadas y fue su
amigo. Le pidió matrimonio pero, después de considerarlo durante varios años,
ella lo rechazó.
Como
curiosidad, en “Mujercitas”, de Louisa May Alcott, la Sra. March les lee un
libro de Bremer a sus cuatro hijas.
Una de sus frases más conocidas es:
"Es preferible vivir libres con escasa comida,
que vivir esclavizados con alimento en abundancia"