Margarete
Mitscherlich (Gråsten, Dinamarca 1917- junio 2012) Psicoanalista, feminista y
escritora. Se formó en el
psicoanálisis y se dedicó a la enseñanza
y a la investigación, junto a su esposo. Margarete había cursado estudios de
psicoanálisis en Londres, en los años 50 bajo la dirección de Anna Freud,
Melanie Klein y Michael Balint. Su marido fundó en 1960 el Instituto Sigmund
Freud en Frankfurt que llegaría a ser uno de los centros intelectuales de la
nueva República Federal de Alemania. Su libro, “La incapacidad de sentir
duelo”, escrito en 1967, en medio de la
Guerra Fría y antes de las revueltas estudiantiles, fue
toda una provocación, ya que tocaba ciertos temas tabúes de la Alemania
de posguerra, impulsando el inicio de la elaboración de los crímenes del
régimen nazi. Era una llamada de atención sobre
la represión colectiva de la culpa, la falta de una elaboración de los
crímenes cometidos por Alemania durante el régimen nazi y la vuelta a una
normalidad solo aparente, finalizada la II Guerra Mundial. Escribió también
para una revista feminista. Formó parte de un feminismo combativo contra la
degradación de la mujer en los medios de comunicación. Publicó “La mujer
pacífica” en 1985,”El Futuro es femenino" en 1987, donde aboga por una
sociedad cuyos valores deberían ser más “femeninos”.En 1990 escribió “Sobre las
dificultades de la emancipación”.
Premios:
Orden de Mérito de la República Federal Alemana, Premio Tony Sender y el Premio
Chargaff.
Margarete
Mitscherlich-Nielsen, fue la voz femenina del psicoanálisis en Alemania y más
allá de sus fronteras. Destacó principalmente por su conciencia crítica y
alerta a los contextos conflictivos y sus soluciones, así como el humor que
caracterizaba a su pensamiento. Siguiendo los consejos de Freud “Nada debe
evitar que orientemos nuestra observación hacia nosotros mismos o aplicar
nuestro pensamiento a la crítica de sí mismo” alentó a Margarete Mitscherlich también a reflexionar
y escribir sobre su propia experiencia de envejecimiento hasta el final. Con
frecuencia enfatizaba que el disfrute del pensar se incrementaba a medida que
la fortaleza del cuerpo se desvanece, y que esta perspectiva le permitía
comprender y organizar la vida en sus momentos solemnes hasta el final.