viernes, 26 de junio de 2015

¿Operación Bikini? No, gracias. Nos gustamos tal y como somos





Ya en los años 90 Rosalind Coward    nos recordaba con el slogan “Slim and sexy” (Delgada y sexy)  como el ideal de belleza y su mistificación servían como   códigos férreos de la opresión de las mujeres.

Nadie discute que hay argumentos de índole económica para explicar lo que se esconde tras la prevalencia de ciertas imágenes estereotipadas de lo femenino y  de las maneras en que las mujeres las interpretan.

Sin embargo, Betty Friedan  o Naomi Wolf dejaron bien claro que cierta faceta de la opresión femenina no hubiera podido realizarse plenamente, sin la ayuda de formas sofisticadas de seducción, a la cual eran vulnerables las propias mujeres.

Existen medios de seducción para convertir a las mujeres en rehenes voluntarios del culto exagerado al cuerpo. La industria multimilmillonaria extiende día a día, año a año, su misión de hacernos a todos/as cada vez más inseguros/as.
Para ello se sirve de  la publicidad, de los medios de comunicación, de las revistas, de las películas. De todo lo que esté en su mano para que nadie pueda evitar caer en su trampa.

Pero, afortunadamente, cada vez más  personas evitan la trampa de la seducción de la belleza impuesta y se hacen cargo tanto de su belleza, como de su propio cuerpo. Finalmente han decidido no buscar la aprobación de los/as demás  y gustarse. Se han apropiado de sus propios  cánones de belleza que les permiten  ser dueñas de sí mismas.
Por eso ante la llegada del verano en el hemisferio Norte  nos adelantamos al martilleo obsesivo sobre “la operación bikini” y decimos:


¿Operación Bikini? No, gracias. Nos gustamos tal y como somos





ATLAS ELEMENTAL DE ANATOMIA