Artemisia
II de Halicarnaso.(Asia Menor, siglo IV a. C). Era hija del rey Hecatomnos de
Caria, lugar situado en el suroeste de Anatolia. Su padre inició la dinastía
Hecatómnida poco después de que el rey persa Artajerjes II le nombrara sátrapa
de Caria. Aprovechando que Artajerjes se veía enfrentado a una rebelión de
Egipto y Chipre, Hecatomnos comenzó a acuñar su propia moneda, lo que era un
símbolo de independencia. Artemisia fue hermana y esposa del rey Mausolo,
sucesor de Hecatomnos. Mujer culta, poseía amplios conocimientos sobre botánica
y medicina. A la muerte de su esposo, fue ella quien le sucedió como gobernante
en solitario. Durante su reinado, de aproximadamente tres años, Rodas, creyendo
que el gobierno de una mujer les ofrecía excelentes oportunidades para librarse
de su dominio, atacó la capital, Halicarnaso. Enterada de los preparativos de
ataque, Artemisia ordenó a los ciudadanos que fingieran rendirse. Desde su
palacio real pudo ver cómo el enemigo incurría en un grave error táctico al desembarcar
por el puerto del este, desde el cual no se veía lo que ocurría en el del
oeste. Cuando llegaron los soldados de Rodas y comenzaron a saquear la plaza
del mercado, la flota caria apareció por un canal artificial conectado con el
puerto oculto a la vista y se apoderaron de los navíos rodios vacíos. Al mismo
tiempo, soldados ocultos en las murallas abatían a los saqueadores. Artemisia
coronó entonces con laurel los barcos capturados, significando la victoria, y
con sus propias fuerzas a bordo dirigió los barcos rodios de regreso a la isla
de Rodas. Antes de que la estratagema pudiera ser descubierta, las naves habían
entrado en el puerto. Los líderes enemigos fueron ejecutados, y Artemisia
erigió un monumento en Rodas para conmemorar la conquista. La leyenda dice que
la reina había amado tanto a su esposo que al morir éste redujo su cuerpo a
cenizas y cada día bebía parte de ellas diluidas en un licor. Llamaba a los más
famosos oradores griegos para que pronunciaran alabanzas en honor de Mausolo, y
mandó construir en su capital un monumento funerario que sería conocido como el
Mausoleo de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. En
adelante todas las tumbas que consistieron en espléndidos edificios se llamaron
así.
Fuente: Wikipedia