lunes, 7 de junio de 2021

María Lionza.Diosa venezolana


María Lionza, María de la Onza, Yara, o Guaichía es una deidad femenina mítica autóctona del folclore venezolano.

Representada popularmente como una diosa o reina, María Lionza es la figura central del llamado Espiritismo Marialioncero, culto en el que se mezclan ritos, indígenas y africanos; y que ha absorbido elementos místicos y teológicos de otras culturas.

En América representa un símil de la diosa Venus y Gea, diosa de la paz, el amor, la armonía, siempre relacionada con la magia del agua, el trueno, perfumes, bosques, montañas. También representa el símbolo de la mujer, el amor y otras representaciones de la naturaleza.


De acuerdo con la antropóloga venezolana Daisy Barreto, las referencias más antiguas al culto se encuentran en testimonios orales que datan de principios de siglo XX, en los cuales campesinos de la región de Yaracuy y algunas áreas adyacentes discuten la existencia de una devoción de corte campesino y afrovenezolano a la reina María Lionza en las sierras de la montaña Sorte en Chivacoa.

En ese tiempo, el culto se circunscribía a esa pequeña región y estaba basado en la devoción a los antepasados, en su mayor parte caciques indígenas y héroes de la independencia venezolana.

La importancia que la religión de María Lionza tiene en Venezuela y en otros países cercanos es tal que más de 5000 devotos han participado en algún ritual "marialioncero".


A pesar de que se le cree de origen indígena, comúnmente se le representa como una mujer blanca con una corona de oro en la cabeza y una rosa y un banderín en la mano derecha. El banderín tiene escrita su misión como diosa: Protectora de las aguas, Diosa de las cosechas.

No existe documentación histórica sobre la mujer representada, pero sí numerosas teorías contemporáneas sobre el origen del mito basadas en la tradición oral venezolana.

Estas historias, aunque diferentes, coinciden en señalar a María Lionza como un ser sobrehumano, que habita las montañas de Sorte en el estado Yaracuy, desde donde el culto se extendió al resto del país alrededor del año 1900.

Por esta razón, la región de Sorte es un sitio de peregrinación constante de los creyentes del culto marialioncero.

En 1939, Gilberto Antolínez registró el mito de María Lionza, cuando se encontraba haciendo una recopilación etnográfica de los aborígenes. Esta fue la primera investigación que se hizo y que se siguen haciendo en torno al símbolo de la mujer y la naturaleza, elementos fundamentales de este mito y de la cultura venezolana