sábado, 16 de marzo de 2013

Las Mujeres que leen son Peligrosas



Antonia Gutiérrez (Madrid, 1781-1874) fue la  primera estudiosa que pudo entrar en la Biblioteca Nacional de España.Antonia había crecido en una casa con libros, diccionarios y gramáticas en distintas lenguas, tratados científicos y piano. Era hija de Pedro Gutiérrez Bueno, un ilustrado que acabaría siendo boticario mayor del rey y que acostumbró a sus hijas a pensar más allá de los muros domésticos. Había vivido en París, la ciudad más cosmopolita de la época, hasta la muerte de su marido.  En 1835 había publicado el primer volumen de un “Diccionario histórico y biográfico de mujeres célebres “que firmó con el seudónimo masculino de Eugenio Ortazán y Brunet y un libro con artículos que ella había traducido del francés sobre “el cólera-morbo”. El artículo 7 del capítulo 1 de las Constituciones de 1761 no permitía a las mujeres el acceso a las salas de lectura de la Biblioteca Nacional y  solo podían ir de visita. "Tampoco permitirá que se entre en ella con gorro, cofia, pelo atado, embozo, u otro traje indecente o sospechoso; ni mujer alguna en día y horas de estudio; pues para ver la Biblioteca podrán ir en los feriados con permiso del Bibliotecario Mayor”. Como lo normal para la sociedad de la época era que las mujeres no tuvieran acceso a la cultura, Antonia Gutiérrez, la primera mujer que lo hizo, tardó más de un siglo en poder entrar en la Biblioteca Nacional como estudiosa, y fue gracias a un privilegio que le concedió en 1837 la reina regente María Cristina de Borbón. Se sentó en una sala separada de los lectores masculinos y reclamó todos aquellos libros que siempre había deseado consultar. Antonia Gutiérrez utilizó el Diccionario como excusa para lograr que le abriesen la puerta de la biblioteca. Nunca publicaría los siguientes volúmenes de aquella obra, pero sí publicó, más tarde, distintos artículos, uno de ellos en defensa de la educación femenina