sábado, 9 de noviembre de 2024

Amy Marcy Cheney Beach. Una de las primeras compositoras de la historia de Estados Unidos de América

Amy Marcy Cheney Beach (1867- 1944) Compositora y pianista estadounidense.

 

Fue una de las primeras compositoras de la historia de Estados Unidos de América.

 

Su madre era una talentosa pianista y cantante y su abuela cantaba en el coro de la iglesia.

 

Con solo un año Amy ya tarareaba muchas melodías con precisión y en la tonalidad en la que las había oído originalmente.

 

 Aprendió a leer a la edad de tres años, lo cual le facilitó para empezar a componer desde muy pequeña, y a sus cuatro años se inició con el piano, todavía con la oposición de su madre pero con el apoyo de su tía.

 

Con 4 años compuso sus primeras piezas de piano, unos valses. Amy tenía oído absoluto y sinestesia: atribuía colores diferentes a cada tonalidad.

 

Empezó a recibir clases formales de piano con su madre a la edad de seis años, y un año más tarde tocaba obras de Händel, Mozart, Mendelssohn, Beethoven y Chopin. También recibió la educación general en casa, ya que su madre prefirió eso a enviarla a un colegio. Un poco después empezó a tocar obras de Bach, de quien le gustaban especialmente las fugas, pero su favorito era Beethoven.

 

Fue en esta época cuando Amy empezó a dar algunos recitales.

 

Después de un recital en Boston la contactaron varios productores que habían quedado fascinados por su talento a tan temprana edad. A partir de ese momento su madre no quiso que diera más recitales y no dejó que los productores la explotaran.

 

En los campos más teóricos de la música prefirió ser autodidacta hasta que cuando tenía catorce años conoció a Junius W. Hill, con quien estudió armonía y contrapunto durante un año.


 

En 1883 hizo su debut en uno de los teatros con más reputación de Boston tocando el Rondó en Mi bemol mayor de Chopin y el Concerto No. 2 en Sol menor de Ignaz Moscheles.

 

Poco después apareció como solista con la Orquesta Sinfónica de Boston y entre 1883 y 1885 se convirtió en una artista de prestigio.

 

Después de casarse, su marido le exigió que abandonara los conciertos.

 

Aunque siguió componiendo música de cámara, música coral, cantatas y música de iglesia.

 

 Su primer gran éxito fue la Misa en Mi bemol mayor, que se interpretó en 1892.

 

 A esta le siguieron obras como Eilende Wolken y su primera sinfonía, la Sinfonía Gaélica, que terminó de componer en 1896. Fue la primera sinfonía compuesta e interpretada por una mujer americana y se volvió muy popular.

 

Fue encargada por la comisión organizadora de la Exposición Mundial Colombina de Chicago para componer una obra coral (Festival Jubilate, op. 17) para la apertura del Edificio de la Mujer.

 

Después de la muerte de su marido en 1910, realizó una gira por Europa como compositora e intérprete durante 1911 y 1914.

 

Tocó para iglesias y escribió obras para la Chamber Music Society de San Francisco. Una de estas, Theme and variations for flute and string quartets, se hizo muy famosa.

 

En 1915 escribió "Diez Mandamientos para Jóvenes Compositores" según sus vivencias.

 

En 1925 fue nombrada vicepresidenta de la Sociedad Americana de Mujeres Compositoras.

 

En 1932 escribió su primera ópera, Cabildo, ópera en un acto.

Tras su muerte fue olvidada con el tiempo hasta que en 1990 se recuperó su obra y se remarcó la valentía de Amy en una época de fuerte misoginia en la que la composición musical era un campo mayoritariamente dominado por los hombres.