La
trata de personas es el segundo negocio ilícito más rentable a nivel mundial y
engloba todas las formas de violación de los derechos humanos de las mujeres.
Este delito no sería posible sin la complicidad activa de los poderes de turno,
en todos los niveles del Estado. La trata de personas es el delito por el cual
se engaña, secuestra, traslada y aloja a personas con la finalidad de ser
explotadas. Más del 85% de las víctimas de este crimen son mujeres,
adolescentes y niñas, quienes son tratadas para ser explotadas sexualmente,
obligándolas a prostituirse.
“Mientras
se compre sexo, las mafias seguirán esclavizando mujeres”.
Ya
que SIN CLIENTES NO HAY TRATA.
Un
informe de la ONU publicó en 2009 que el 79% de los casos de trata tienen como
objetivo la explotación sexual, en su mayoría mujeres y niños. Según ACNUR, 1,2
millones de menores de edad son víctimas de trata al año. El informe de
Naciones Unidas también destacó el desproporcionado" número de mujeres
traficantes: "Las mujeres delincuentes desempeñan un papel más destacado
en la esclavitud moderna que en casi todas las demás formas de
delincuencia", detalla el documento, resaltando "los casos en que las
antiguas víctimas se han tornado en autoras de los delitos".
En
España se estima que unas 12.000 mujeres son esclavizadas o explotadas
sexualmente, y que ese negocio puede mover al día unos cinco millones de euros;
casi al nivel del narcotráfico y el tráfico de armas. Con el nuevo delito de
trata de personas, introducido en el Código Penal los acusados pueden ser condenados a penas de
entre cinco y 22 años de cárcel por haber participado en la captación, traslado
o retención de cinco mujeres mediante engaño, violencia o abuso de su
vulnerabilidad, para obligarlas a prostituirse. Esta conducta, conocida como
trata de mujeres, ha dejado de ser tan escurridiza a efectos penales como era
antes de la reforma, aunque sigue siendo muy difícil conseguir las pruebas
inculpatorias y aún más, la reinserción de las víctimas.
La
principal dificultad radica en el estado de terror en que viven las mujeres,
sometidas a constantes malos tratos y bajo la amenaza de castigar a sus
familiares en el país de origen si intentan escapar. Esta es la razón por la
que muy pocas víctimas se acogen a los beneficios que la ley española les
brinda si colaboran en el desmantelamiento de las redes mafiosas. Las redes de
trata funcionan según la procedencia de la chica. "Las subsaharianas
acumulan deudas de hasta 50.000 euros para llegar a España, tardan en pagar
hasta ocho años y trabajan en pisos. Las latinoamericanas suelen ir a clubes y
asumir deudas impagables y las de Europa del Este están sometidas a una
violenta disciplina.
La
prostitución es una forma de explotación que debe ser abolida y no una
profesión que deba reglamentarse pues es una forma de violencia de género
extrema: lo que las mujeres prostituidas y hombres tienen que soportar equivale
a lo que en otros contextos correspondería a la definición aceptada de abuso
sexual y violación reiterada
No
creemos en la regulación de la prostitución, ya que legitima implícitamente las
relaciones patriarcales y equivale a
aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres
estableciendo y organizando un sistema de subordinación y dominación que anula
la labor de muchos años por la igualdad de las mujeres.
Si
reglamentamos la prostitución, integrándola en la economía de mercado, estamos
diciendo que esto es una alternativa aceptable para las mujeres y, por tanto,
si es aceptable, no es necesario remover las causas, ni las condiciones
sociales que posibilitan y determinan a las mujeres a ser prostituidas. A
través de este proceso, se refuerza la normalización de la prostitución como
una «opción para las pobres»”
En
el marco de la lucha por la igualdad real compartimos y defendemos claramente
la ambiciosa postura del movimiento abolicionista que busca ir a la raíz de un
problema que afecta a los Derechos Humanos. Derechos que en tanto que
esenciales están fuera de discusión: los de toda persona a no ser abusada ni
utilizada sexualmente, ni de forma gratuita ni a cambio de ninguna compensación
económica. De ahí que el foco debamos dirigirlo a las personas que demandan, la
clientela, los prostituidores. Porque sin demanda, la oferta desaparece
“No va a haber manera de terminar con la trata mientras toda la corrupción no se limpie”, dice una victima liberada de la trata. Y a quienes deciden comprar sexo, les incrimina: “Felicidades, están enriqueciendo a las mafias. Gracias a ustedes, miles de niñas y mujeres en este momento están secuestradas para que ustedes puedan ir a disfrutar como quieran. Las mafias las conseguirán de todos los tamaños, altas, bajas, rubias, blanca o morenas”. Deja de hablar un momento y entre sollozos exclama, “Por Dios. Son seres humanos, son niñas, iguales a vuestras hijas. Madres, iguales a vuestras madres. Hermanas, tías, abuelas”.
“No va a haber manera de terminar con la trata mientras toda la corrupción no se limpie”, dice una victima liberada de la trata. Y a quienes deciden comprar sexo, les incrimina: “Felicidades, están enriqueciendo a las mafias. Gracias a ustedes, miles de niñas y mujeres en este momento están secuestradas para que ustedes puedan ir a disfrutar como quieran. Las mafias las conseguirán de todos los tamaños, altas, bajas, rubias, blanca o morenas”. Deja de hablar un momento y entre sollozos exclama, “Por Dios. Son seres humanos, son niñas, iguales a vuestras hijas. Madres, iguales a vuestras madres. Hermanas, tías, abuelas”.