miércoles, 27 de febrero de 2013

Susan B. Anthony


Susan Brownell Anthony (15 de febrero 1820 – 13 de marzo de 1906) Feminista líder del movimiento estadounidense de los derechos civiles y  los Derechos de la Mujer

Jugó un importante papel en la lucha por los Derechos de la Mujer en el Siglo XIX para garantizar el Derecho de Voto en los Estados Unidos.

Junto a Elizabeth Cady Stanton, fue una de las principales líderes del movimiento sufragista norteamericano, que durante la segunda mitad del siglo XIX reivindicó el derecho de voto para las mujeres.

Entre 1892 y 1900 presidió la Asociación Nacional pro Sufragio Femenino.

Su padre, Daniel Anthony, era un maestro cuáquero liberal que regentaba una empresa de manufacturas de algodón y militaba activamente en el movimiento antiesclavista. Susan se educó en un ambiente de independencia de criterio y rigor ético que marcaría toda su trayectoria política.

Cuando tenía seis años, la familia se trasladó a Battensville (Nueva York). Acudió a la escuela primaria local y pasó luego al colegio que su padre había fundado y dirigía. 




Completó sus estudios, orientados a la pedagogía, en un internado femenino de Filadelfia y en un colegio para señoritas del interior del estado de Nueva York.
Al concluir sus estudios, regresó a la casa familiar en Rochester (Nueva York) y se dedicó a la enseñanza hasta que cumplió los treinta años.

Su activismo político se inició en sus años de formación, guiada por el ejemplo de sus padres.

En 1848 se unió al movimiento antialcohólico o "movimiento pro temperancia", en el que militó durante cinco años. En él tomó conciencia de las limitaciones que el hecho de ser mujer implicaba, incluso en el seno de una organización reformista liberal, y sintió la necesidad de crear un grupo exclusivamente formado por mujeres, la Sociedad Femenina pro Temperancia del Estado de Nueva York.




Pero su paso al feminismo no se produjo de forma definitiva hasta que, en 1851, conoció a Elizabeth Cady Stanton, la feminista que en 1848 había dirigido la Convención de Séneca Falls, primer manifiesto del sufragismo estadounidense. Stanton se convertiría en su compañera inseparable y ambas encabezarían el feminismo norteamericano durante las siguientes cinco décadas.

Desde 1882 protagonizó, junto a Stanton y Amelia Bloomer, diversas campañas en favor de la igualdad de derechos de las mujeres. La lucha feminista se centró en principio en reivindicaciones de carácter general, para ir progresivamente limitándose a la petición del sufragio universal, por considerar que el voto era el instrumento clave para conseguir ulteriores reformas legales.

Sin embargo, las campañas en favor del sufragio fueron acompañadas de muchas otras, encaminadas a transformar la legislación laboral, la mentalidad sexista y las costumbres discriminatorias de la sociedad norteamericana. Así, por ejemplo, Anthony y Stanton dirigieron una campaña contra las restricciones físicas que la moda femenina decimonónica imponía a las mujeres, promoviendo el uso de pantalones bombachos y faldas amplias.



Desde 1854, Anthony compaginó su activismo feminista con la lucha contra la esclavitud en el seno de la Sociedad Americana Antiesclavista hasta que el estallido de la Guerra de Secesión en 1861 apartó temporalmente a las mujeres de la primera línea de batalla, ocupada desde entonces por los ejércitos. En 1863 fundó la Liga de Mujeres Leales, que promovía la liberación de esclavos en los estados secesionistas del sur.

Al finalizar la guerra, siguió pronunciándose públicamente contra la violencia ejercida sobre la población negra, a la que instó a unirse al movimiento sufragista. Paralelamente, la ya inseparable pareja Anthoy-Stanton dirigió diversas campañas contra las leyes del estado de Nueva York discriminatorias de las mujeres y pronunció numerosas conferencias por todo el estado.

Tras la guerra, las mujeres que habían participado en el movimiento abolicionista comprendieron que la consecución de sus fines propios -la igualdad de derechos para las mujeres- era una lucha que debían emprender por separado, sin contar con el apoyo de sus compañeros antiesclavistas, muchos de los cuales no aprobaban el activismo político femenino. La lucha feminista se centró desde entonces en la obtención del derecho al voto.

Viajó varios miles de kilómetros a través de los Estados Unidos y Europa dando de 75 a 100 discursos por año sobre el sufragio y el derecho de la mujer al mismo durante 45 años aproximadamente. Viajó en carruajes, vagones, trenes, mulas, bicicletas, diligencias, transbordadores y, en ocasiones, en trineos. Una mujer incansable.

Frases de Susan B. Anthony






Cuanto más vieja soy, mayor parece el poder que tengo para ayudar al mundo; soy como una bola de nieve que entre más lejos rueda más crece


Los hombres, sus derechos y nada más; las mujeres, sus derechos y nada menos.

La mujer no debe depender de la protección del hombre, sino ser enseñada para protegerse a sí misma.
Si todos los ricos y toda la gente de la iglesia enviaran a sus niños a las escuelas públicas se sentirían obligados a destinar su dinero en mejorar éstas...

No puedo decir que la mujer universitaria es la mujer más contenta. Al tener una mente más abierta, ella entiende las condiciones desiguales entre los hombres y las mujeres, bajo un gobierno que las tolera.


Muchos abolicionistas tienen todavía que aprender el ABC de los derechos de la mujer.

Nunca habrá igualdad completa hasta que las mujeres mismas ayuden a hacer leyes y a elegir legisladores.



Fuente: Wikipedia
www.biografiasyvidas.com