La trata de personas para la
prostitución afecta en estos momentos a casi dos millones. En naciones del
Sudeste Asiático como Camboya, el tráfico de niñas es aterrador y en Egipto y
otros países árabes se celebran matrimonios que duran apenas unas horas, lo que
al final constituye una forma de prostitución encubierta. Es el precio que se
paga por nacer mujer en algunos lugares del globo.
El tráfico de niñas en
Camboya es alarmante. en Svay Pak un suburbio de Phnom Penh, que cuenta con
4.000 habitantes, es probablemente el último lugar donde un niño debiera nacer:
según la ONG Agape International Missions, en 2010 el 90% de los menores de
entre ocho y 12 años eran víctimas de explotación sexual. Aquí las pequeñas
vírgenes tienen un precio y son vendidas por su familia. Es el principal centro
de pedofilia del mundo, pero no el único donde se da la esclavitud infantil.
Según la agencia de noticias Reuters, Benin, Gabón, Gambia y Costa de Marfil
son los países en los que se alcanzan las cifras más altas, con diferentes
objetivos; en el primero se calcula que hay hasta 80.000 niños esclavos, muchos
de los cuales lo son para la explotación sexual.
Matrimonios 'take away' en
Egipto y el Magreb.
Por unas horas, unos días,
algunas semanas o, en pocas ocasiones, la vida entera. Pero en todos estos
casos, por dinero. Son los matrimonios exprés entre ciudadanos "en la zona
del Golfo, o en Jordania. Dado que la prostitución está prohibida en los países
árabes, se casan con jóvenes de las naciones más pobres del área para acostarse
con ellas, en una forma precisamente de prostitución encubierta", explica
Basel Ramsis. Este egipcio es el director del documental Sokar Barra (Azúcar
aparte), que refleja un fenómeno que comenzó en los 70 con el aumento de la
riqueza en las naciones del Golfo. "Para ello se firma un contrato entre
el padre y el cliente que se rompe después", añade Ramsis. El realizador
alerta de que el fenómeno se ha extendido a lugares como Sudán, Yemen o a los
campos de refugiados de Siria. En ocasiones las propias familias propician la
actividad y acaban viendo a sus hijas como mercancía. O a sus esposas.
"Casó a su mujer tres veces para comprarse una casa", relata una de
las protagonistas del documental respecto a un compatriota. El dinero que
reciben a cambio se considera la dote que en los países árabes el novio debe
pagar a la familia de la chica al casarse. "Así todo se hace conforme a su
moral", matiza Basel.
Sudán y Ruanda
Son dos de los países
africanos en los que tradicionalmente, e igual que en el caso anterior, se paga
dote a la familia de la novia. En tiempos la cuantía se establecía en cabezas
de ganado y tenía un significado simbólico, pero hoy en día se entrega dinero,
y cantidades que, según denuncia la organización 'Girls Not Brides', aumentan
de forma incontrolada. Además, los montantes que las familias pueden recibir
por niñas hace que los matrimonios sean cada vez más precoces, también porque
así consiguen antes el dinero. Según el Ministerio de Asuntos Sociales de
Sudán, la mitad de las chicas entre 15 y 19 años del país ya están casadas. Lo
mismo sucede en Kenia, según Ayuda en Acción: "Aquí la negociación se
complica cuando se exigen además prácticas perjudiciales, como la mutilación
genital femenina". http://www.girlsnotbrides.org/human-rights-watch-child-marriage-in-south-sudan/
En Afganistán la antigua
tradición de la dote, que originalmente pretendía compensar a los padres por el
esfuerzo que habían hecho para cuidar y dar estudios (cuando los tenían) a sus
hijas, ha acabado convirtiéndolas en mercancía. A veces las niñas se utilizan
para saldar deudas: si un padre debe una cantidad de dinero puede casarlas con
el acreedor o con un vástago del mismo.
Vietnam, proveedor de China
Tras décadas bajo la política
del hijo único, que ha provocado abortos selectivos por parte de parejas que
prefieren un niño a una niña, las mujeres en China escasean. El ratio es hoy en
día de 118 hombres por cada cien, según las estadísticas del Gobierno de Pekín.
Además, en el gigante asiático la dote sigue siendo una costumbre extendida, y
tan oficializada que existen diferentes precios para novias según las regiones.
Lo que, como en otros países, comenzó siendo una ayuda para la vejez de los
padres de la novia en compensación por llevarse a una hija que podría haberles
acompañado y ayudado en los últimos años de su vida ha acabado convirtiéndose
en un fardo que ralentiza considerablemente los matrimonios. A todos estos
'problemas' se ha encontrado una triste solución en los países del Sudeste
Asiático, donde las novias abundan y son bastante asequibles. Concretamente,
20.000 yuanes, unos 3.000 euros, según la revista 'Online Business Insider', es
el precio por el que las familias venden a sus hijas en determinadas zonas de
Vietnam. Esto ha provocado la proliferación del tráfico desde este país hacia
China de mujeres forzadas a casarse.
Fuente : El Mundo