«Cambia las
cifras»tiene como objetivo luchar contra los prejuicios y abrir nuevas
oportunidades a las mujeres científicas, el reconocimiento de su trabajo y
aumentar los incentivos en su vocación, además de favorecer su presencia en los
puestos de responsabilidad. Asimismo defiende la necesidad de que la sociedad
reconozca la aportación de las científicas al progreso de la humanidad.
Los datos
aportados demuestran que son un pequeño porcentaje de mujeres las que tienen un
hueco en la investigación. Solo el 30% de los investigadores del mundo son
mujeres, y solo un 3% de los premios Nóbel científicos han sido otorgados a
mujeres. En España, en el CSIC, el 60% de becados son mujeres, pero solo un 25%
tiene puestos de responsabilidad.
Además, un
estudio realizado en cuatro países europeos, entre ellos España, pone de
manifiesto los prejuicios de los europeos, pues el 67% considera que las
mujeres no tienen las capacidades requeridas para acceder a los puestos
científicos de alto nivel. Muchos de los encuestados opinan que a las mujeres
les falta interés por la ciencia, perseverancia, espíritu racional, sentido
práctico y espíritu analítico, entre otros factores.
Para luchar
contra esta situación, más de 300 personalidades, entre ellas, la premio Nobel
de Medicina 2009 Elizabeth Blackburn, han apoyado ya el manifiesto Cambia las
Cifras, impulsado por el programa La mujer y la ciencia, de la Organización de
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la
Fundación L’Oréal.
El
manifiesto presenta seis reivindicaciones, como “dar visibilidad a la labor de
las científicas españolas” y “reconocerlas en los premios científicos, en los
que están infrarrepresentadas”. Solo el 18% de los galardones de ciencia en
España recaen en mujeres, según un informe de la Asociación de Mujeres
Investigadoras y Tecnólogas. Y solo el 3% de los Nóbel de ciencias se ha
concedido a mujeres desde la creación de los galardones en 1901.
“Yo no quiero discriminación positiva. Yo lo
que defiendo es la lucha contra la discriminación negativa, que por el hecho de
ser mujer no se nos quite nada”, exige la bióloga molecular Margarita Salas,
nacida en 1938 y autora de la patente española más rentable de la historia: un
avanzado método de replicación del ADN.
“En el CSIC
no ha habido ninguna mujer presidenta todavía. Rectoras de universidad hay
media docena, frente a 70 hombres. Es evidente que a los puestos más altos no
han llegado todavía las mujeres”, critica Salas.
“No es un problema de tiempo”, subraya María
Blasco. “Desde hace ya muchas décadas hay igual número de hombres y de mujeres
que terminan carreras en ciencias de la vida. Son 30 años en los que debería
haberse empezado a notar una presencia más equilibrada en los puestos más
altos. Esto no va a la velocidad que tendría que ir”, señala. De 173 sociedades
científicas españolas en el ámbito de la salud, solo 41 tienen presidentas, el
22%, según un reciente estudio publicado en Gaceta Sanitaria.
El mundo
necesita ciencia, y la ciencia necesita mujeres. Sin embargo, si todo en la
sociedad está montado para que sea más difícil para las mujeres, será más
difícil.