En Las
vírgenes suicidas(*), después de un intento de suicido el médico le dice a
Cecilia Lisbon: "¿Qué estás haciendo aquí, querida? Ni siquiera eres lo
suficientemente mayor para saber lo mal que se pone la vida".
Ella le responde: "Obviamente, doctor,
usted nunca ha sido una niña de 13 años".
Existe
un perfil con más posibilidades de presentar conductas suicidas: mujer
adolescente de entre 13 y 17 años, de familia migrante, con antecedentes de
fuga, que se autolesiona y ha sido víctima de abuso sexual.
El
suicidio entre las niñas, según las últimas investigaciones, triplica el de los
niños.
No
existe una motivación objetiva para el suicidio, aunque se apunta que la
violencia contra el/la menor de edad (60,9%) y la salud mental (27,4%) son los
problemas más destacados de los asociados a la conducta suicida, con un
incremento de la incidencia en el periodo 2019-2022.
Y
es que, si siempre ha sido difícil ser una niña en un mundo dominado por reglas
patriarcales, aún lo es más en los tiempos del porno.
Según un informe de Save the Children, el consumo de
porno, cada vez más temprano y generalizado gracias a internet y a los
teléfonos móviles, está transformando las relaciones sentimentales y sexuales
de los/as jóvenes. Casi el 88% de los chicos afirman haber visto porno, frente
a un 39% de las chicas. El informe situó a los 8 años la edad a la que empiezan
a consumirlo, aunque su consumo se generaliza a los 14.
El problema no es el acceso masivo al porno, sino
que este cosifica a la mujer y a menudo incluye violencia y prácticas de
riesgo.
En la gran mayoría del porno que se encuentra en
Internet hay violencia contra las mujeres, auténticas barbaridades.
Los niños y las niñas crecen pensando que es normal
que un hombre se excite maltratando a una mujer. El informe de Save The Children alerta de que la mayoría de los jóvenes ven
esas imágenes de maltrato como algo normal y les gustaría llevarlo a la
práctica. Por lo tanto estamos mandando el mensaje de que el
sexo es violento. Normalizándolo.
Y el problema es que con las nuevas tecnologías se
puede consumir a cualquier hora, cualquier día y casi en cualquier sitio. Además, la industria del porno ha entendido que su mayor beneficio ha sido darlo gratis. Ya sabemos que
el capitalismo es despiadado. No sabe nada de sentimientos. Ignora cualquier
ética
Ahora, además existe Only Fans, una plataforma en la que subes fotos o vídeos, en muchas
ocasiones de carácter sexual, e interactúas con clientes que te pagan
previamente desde cualquier lugar del mundo. Una forma de prostitución
encubierta. Un informe realizado en Colombia dice que en torno a 30.000 chicas
jóvenes allí se dedican a esto.
La mayoría son menores de edad, de zonas deprimidas
o con sueldos precarios. Las captan ofreciéndoles libertad y hablándoles de
empoderamiento, pero están vendiendo su cuerpo a cualquier cliente del mundo, y
la plataforma recibe su parte de dinero en todo eso.
La violencia y la sexualidad son incompatibles, y no
podemos obviar que el porno como modelo educativo para lxs menores tiene muchos
riesgos, pues con el porno aprenden cómo hay que practicar sexo: a las mujeres
las pegan y además, parece, “les gusta”.
Existen grupos de adolescentes que incluso apuestan
a ver quién encuentra el vídeo más salvaje. Algunos son violaciones.
Las chicas consumen menos porno pero al final, ellas
se ven obligadas a adoptar ciertos tipos de actitudes sumisas porque es el
modelo que se le está proponiendo seguir.
La
activista Lydia Cacho en su libro ‘Rebeldes y Libres. Si el feminismo no es
de todas, no es de ninguna’ manifiesta su preocupación por la “angustia” de las
jóvenes debido al consumo de pornografía por parte de los adolescentes varones,
lo que “está disparando la violencia sexual y la hiper sexualización, y no les
permite desarrollar una vida afectiva e íntima sana y bella”.
En
esta línea, Lydia revela que España es el país que más pornografía infantil
consume en Europa y uno de los que más lo hace en el mundo.
Tras
años de investigación sobre la trata y la explotación sexual, la periodista
asegura que “esta industria solo se dedica a explotar a mujeres y a niñas y a
esclavizar la ideología y la concepción de la sexualidad de los varones”. “El
porno vive de todas nuestras inseguridades”, sentencia la activista.
Por
todo ello, Lydia considera “urgente trabajar con los niños”. “Les estamos dando
materiales que les están forzando a construir una masculinidad tóxica, que les
crea un callo emocional para que no sean buenas personas”.
En
una entrevista en la radio, ( *1)Lidia cuenta que en un primer beso el niño de 14
años le dice a la niña: “Si quieres que te dé un beso me tienes que hacer antes
una felación” Cuando le preguntaron por qué hacía eso, el niño contestó: “Eso
es lo que me han dicho que haga". Para él eso era lo normal, lo que debería ser.
( *1)
https://www.rtve.es/play/audios/las-tardes-de-rne/mexicana-feminismo-libro/6802993/
Hablando
de niñas no quiero pasar por alto las niñas que han sido hospitalizadas tras
ser envenenadas con gas en al menos seis colegios de Irán.
Parece
ser que es un peligro ser una niña. Tienen miedo de ellas.Y aún más, si es una niña que recibe
educación.
Por
último, hace meses vi un reportaje sobre Chechenia, una república de mayoría
musulmana. En la escuela, cuando entraban los niños, las niñas eran obligadas a
ponerse de pie, aunque los niños tuvieran menos edad que ellas. La maestra
lo explicaba : “El varón es lo más importante de la creación. Las niñas tienen que
respetarlo, por eso siempre que un varón entre en cualquier lugar, las niñas se
tienen que poner de pie, para honrarlo”.
Lo
dicho: ¡Qué difícil sigue siendo ser niña!
https://mujericolas.blogspot.com/2016/05/como-se-ensena-ser-nina-el-sexismo-en.html
https://mujericolas.blogspot.com/2014/02/ser-hombre-significa-no-ser-una-chica.html
(*)
https://www.youtube.com/watch?v=lmbMdjlllls